Quiénes somos
Fue legalmente constituida por el Acuerdo Gubernativo 054-99 del Gobierno de Guatemala, y desde 1999 brinda información y asistencia a todas las personas, según sus necesidades, para que obtengan la mejor atención médica en nuestro país.
Conoce a nuestro equipo:
Una promesa de amor,
hecha realidad
La Fundación de AMOR es una promesa que Annelisa Castillo, paciente con insuficiencia renal, le hizo a Dios si Él le permitía salir con bien de su cirugía de trasplante. Esa promesa, de la cual su familia y sus amigos somos parte, es una realidad en Guatemala desde mayo de 1999.
Constituida por profesionales en distintas áreas, servimos a pacientes de escasos recursos, garantizándoles una atención médica de primera clase. Pero a diferencia de otras instituciones, donde los pacientes que se someten a tratamientos superan sus enfermedades, en la Fundación de AMOR atendemos a pacientes con un mal que por el momento no tiene cura.
Esta silenciosa enfermedad es provocada en su gran mayoría por diabetes y por hipertensión arterial no controlada; y en menor cantidad por enfermedades obstructivas (litiasis, tumores uretrales, hipertrofia prostática), enfermedades renales (nefritis, glomérulo nefritis, enfermedad poliquística renal), así como enfermedades genéticas.
En Guatemala cada día se diagnostican a diez pacientes con insuficiencia renal, cifra que va en peligroso aumento en todo el mundo. El alto costo de los medicamentos y las constantes crisis del sistema hospitalario nacional hacen más penosa esta enfermedad para los guatemaltecos. Las personas que la padecen, necesitan someterse a tratamientos que cuestan mensualmente entre 7 a 15 mil quetzales (aproximadamente de mil a dos mil dólares de los Estados Unidos de América).
Gracias al apoyo de personas generosas en nuestro país, y a instituciones internacionales que apoyan la labor de la Fundación de AMOR, brindamos tratamientos médicos especializados, exámenes de laboratorio, y asistencia en la compra de medicamentos a más de trescientos pacientes de escasos recursos cada mes.
Podemos decir con satisfacción que esta atención permite a los pacientes fortalecerse emocionalmente y recuperarse físicamente para tomar el lugar que les corresponde en nuestra sociedad, y vivir digna y productivamente.